Metepec, Estado de México, 26 de junio de 2019.
El Gobierno del Estado de México, a través de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario (Sedagro), promueve y apoya proyectos productivos que generan alimento para el autoconsumo de las familias mexiquenses, así como productos, que por su regionalización, se convierten en actividades económicas de toda una comunidad.
Las unidades de producción de conejo son un ejemplo del trabajo que se realiza desde la Sedagro, en el que las familias con vocación rural reciben nueve conejas y un semental, para que además de iniciar una granja, que brinde alimentación a su núcleo familiar, eventualmente pueda convertirse en una pequeña empresa que comercialice el excedente y logre transformar su nivel de vida.
Tal es el caso de Rosa Mendoza Cruz, productora de conejo que inició su negocio gracias a un par de conejos que le regaló un vecino. Hoy la Granja de Conejos Santa Rosa, ubicada en el municipio de Acolman, es una unidad de producción de carne de conejo que no sólo vende al animal en pie, sino que también promueve el consumo del mismo haciendo propuestas gastronómicas sustentables.
Gracias al apoyo del Gobierno del Estado de México y el Gobierno Federal, hoy la Granja Santa Rosa cuenta con 70 vientres y 30 sementales que producen alrededor de 2 mil 800 gazapos al año, lo que no sólo les brinda la oportunidad de consumir su propia producción sino además vender en pie, en canal y en diversos platillos que ya son conocidos y consumidos por habitantes de la región.
“El conejo se puede consumir en longaniza, jamón, salchicha, hamburguesa, nuggets, brochetas, paté y un platillo muy de la casa que es el ceviche de conejo. Es una carne muy versátil, sabrosa y con propiedades para nuestro beneficio”, aseguró Doña Rosa Mendoza, quien explicó que en cualquier guiso se puede sustituir el ingrediente principal por la carne de conejo.
La productora recomendó el consumo de este alimento, no sólo por su sabor, sino por sus propiedades alimenticias, pues explicó que es carne libre de colesterol, no aumenta los triglicéridos, previene la anemia y puede ser consumida con confianza por niños pequeños y personas de la tercera edad, incluso por personas que padecen diabetes.
La sustentabilidad va más allá del consumo y el autoconsumo de la carne del conejo, también contempla otros impactos en la vocación agropecuaria, pues la excreta de estos herbívoros es de gran beneficio para la agricultura en la creación de composta y fertilizante orgánico, mientras que su piel es usada para la elaboración de artesanías.
Es importante destacar que en lo que va de la administración del Gobierno de Alfredo Del Mazo Maza, se han otorgado 514 fábricas de conejos al mismo número de productores mexiquenses, lo que significa una inversión superior a los 4.5 millones de pesos.
Se han beneficiado 59 municipios con la capacitación continúa y el apoyo para mejorar, modernizar y eficientar sus unidades de producción, pero es en Texcaltitlán, Aculco, Acambay, Villa de Allende, Villa Victoria y Rayón en donde se concentra más del 50 por ciento de las fábricas que otorgó el Gobierno estatal.
Gracias a este apoyo, en la entidad nacen alrededor de 61 mil 680 gazapos (conejos recién nacidos), se producen 74 mil 016 kilos de carne de conejo al año y se obtiene una derrama económica de más de 5.9 millones de pesos.
Todo ello en el caso de que cada fábrica de conejo no crezca en número de vientres y sementales, es decir, que los productores sólo reemplacen a los ejemplares originales cuando éstos no tengan vida productiva.
El conejo es un animal prolífico por excelencia, por lo que cada fábrica crece de forma exponencial en poco tiempo y es, sin duda, una oportunidad que brinda el Gobierno estatal a cada familia beneficiada de convertirse en una empresa con vocación pecuaria.
