• Destacan, en el marco del Día Internacional del Trabajo Doméstico, efectos del trabajo no remunerado en el hogar.
• Refieren que es necesario reconocer el trabajo doméstico y de cuidados como un bien público y como parte de los derechos humanos de las mujeres.
Toluca, Estado de México, 21 de julio de 2021. Durante la conferencia “Realidades de las mujeres en el hogar, experiencias y dinámicas saludables”, Viridiana Sosa Márquez, especialista en estudios de población y demografía por el Colegio de México (Colmex), dijo que situar a las mujeres en el trabajo reproductivo, marca una realidad desigual e inequitativa para ellas.
“Al ubicar a los hombres en el espacio público y de remuneración y a las mujeres en el espacio privado y no remunerado, se les vulnera pues ellas no tienen posibilidad de obtener ingresos al dedicarse únicamente a las labores del hogar y de cuidado de personas, lo que genera desigualdades en las oportunidades que las mujeres puedan tener”, refirió la especialista.
Señaló que el trabajo doméstico no remunerado tiene que considerarse como parte de la economía de mercado, reconoció que México es pionero en esta visibilización económica, ya que por medio de diversas encuestas realizadas como la del Uso del Tiempo del INEGI, se ha permitido tener una contabilidad del tiempo y el trabajo de las personas.
Esto da la posibilidad de diseñar políticas públicas en las cuales las mujeres son el centro y a su vez consideradas en todos los ámbitos del quehacer público y privado.
En este sentido, la ponente explicó que poder desempeñar las actividades de trabajo doméstico y de cuidados de manera saludable y con corresponsabilidad entre todos los integrantes al interior del hogar permitirá hablar de bienestar y desarrollo.
“Visibilizar este tipo de trabajo nos permite que a nivel individual se puedan empezar a hacer cambios de los roles y paradigmas en los que se abordan estas actividades, donde se pueda empezar a hablar de redistribución del trabajo que permita a las mujeres que están insertas en el mercado laboral hacer una conciliación entre el trabajo del hogar y el laboral”, afirmó.
Recordó que se requieren políticas públicas laborales y culturales que favorezcan una mayor participación de los hombres en el trabajo doméstico, especialmente de cuidados, con el objetivo de ampliar las libertades de las mujeres e incrementar su autonomía en todos los sentidos.
Por último, hizo un llamado para que se reconozca el trabajo doméstico y de cuidados como un bien público y como parte de los derechos humanos de las mujeres consagrado en los compromisos internacionales y regionales asumidos por el país.