Toluca, México, 8 de diciembre de 2014.
La nochebuena es una flor de herencia prehispánica y uno de los símbolos más utilizados para representar la Navidad; fue descubierta en México en 1834 y su nombre en náhuatl es Cuetlaxóchitl, que significa “flor que se marchita”, o “flor de cuero”, que en la época colonial, los españoles bautizaron como “nochebuena”, debido a su aparición en diciembre.
De acuerdo con información de la Agencia de Servicios a la Comercialización y Desarrollo de Mercados Agropecuarios (Aserca), a partir del siglo XVII se convirtió en insignia de las fiestas decembrinas. En varias partes del mundo se le conoce como estrella de Navidad, etella de Natale o poinsettia, pero la tradición de adornar casas con esta flor viene de países anglosajones.
Sin embargo, en México el cultivo de las flores se remonta a los aztecas, quienes utilizaron partes de la flor para crear tintes rojizos púrpura para tejidos e incluso para la medicina. En el país los principales estados dedicados a su cultivo son: Morelos, Michoacán, Distrito Federal, Puebla, Estado de México Jalisco, Veracruz, Querétaro, Guanajuato, Chiapas y Guerrero.
Las nochebuenas mexicanas se comercializan en diferentes presentaciones, desde maceta de tres pulgadas hasta macetones en contenedor de 14 y 16 pulgadas, destacando en la entidad mexiquense el municipio de Atlacomulco, como su principal productor, ya que su ubicación y clima favorece la calidad, tonalidad y durabilidad de esta planta de ornato, la cual al ser una especie de sombra se puede adquirir para embellecer interiores en esta temporada navideña.
