Se estima que cerca del cuatro por ciento de la población en México tiene asma, una enfermedad crónica que presenta tos, inflamación nasal, sensación de peso en área pectoral, dificultad para respirar y silbido de pecho, por lo anterior la dependencia emite recomendaciones para evitar y controlar este padecimiento.
Su detección se da dentro de los primeros cuatro años de vida y se aconseja que al reconocer sus síntomas se acuda inmediatamente con un especialista para que realicen un examen de espirometría, una prueba de exploración y función del sistema respiratorio que mide la cantidad de aire utilizada en cada inspiración, espiración y volumen de reserva.
Refiere que el asma permite llevar una vida normal y puede ser controlado con tratamiento médico a base de antiinflamatorios y broncodilatadores, vacunas contra la influenza y antineumocócica, evitando tener contacto con pelo de animales, ácaros, polen, polvo doméstico y humo de cigarrillo.
De no ser tratada adecuadamente y si se somete continuamente a cargas de estrés, puede ocasionar un asma severa y originar padecimientos asociados como rinitis alérgica, dermatitis atópica, urticaria y rinosinusitis. El asma es más común en niños y niñas, durante el invierno suelen aparecer crisis asmáticas y durante la temporada de calor disminuyen, pero los cuidados deben mantenerse todos los días.