Valle de Bravo, Estado de México, 3 de noviembre 2018.
Toda una fiesta en honor a los muertos se vivió con el Desfile de comparsas, en el penúltimo día de actividades del XVI Festival de las Almas que se ha desarrollado con éxito gracias a la activa participación de los vallesanos, vecinos y visitantes, quienes desfilaron por las principales calles del pueblo mágico.
El desfile inició en las afueras del Estadio Bicentenario “La Capilla” y fue encabezado por Ivett Tinoco García, Directora General de Patrimonio y Servicios Culturales, y Mauricio Osorio Domínguez, Presidente municipal de Valle de Bravo, acompañado de su familia, quienes pusieron el ejemplo vestidos de catrinas y catrines.
Poco después de las 16:00 horas, inició el recorrido por la calle Independencia, cuyas aceras y balcones estaban abarrotados de gente a la espera de ver pasar el espectáculo.
Posteriormente, rodearon la Presidencia municipal y siguieron su camino por las calles empedradas de Valle de Bravo, llenándolas de alegría, asombro, música y color, hasta llegar a la Alameda Bicentenario “La Velaria”.
Los participantes fueron estudiantes de secundaria, preparatoria y licenciatura de algunas escuelas de los municipios de Tejupilco, Villa Victoria, Santo Tomás y del municipio anfitrión, con sus delegaciones aledañas.
Sin embargo, desde la primera cuadra, algunos de los espectadores se volvieron partícipes de la fiesta y continuaron el camino bailando y caminando junto con las comparsas.
En el recorrido se apreciaron catrinas con amplios vestidos de folclor mexicano, con maquillaje multicolor y pedrería que resaltaba sus rostros, así como de catrines, muy gallardos vestidos de charro y con traje y algunos hasta a caballo.
La creatividad de los carros alegóricos en forma de barcos, calaveras u ofrenda, mostraban la muerte de una forma divertida y poética y estuvieron decorados con la tradicional mariposa monarca, que llega en esta época al Estado de México, además de la flor de cempasúchil, siendo escoltados por calaveras de cartón, unicel y tela.
De esta manera, a pesar de la llovizna, familias enteras que salieron a las calles a presenciar el desfile, cantaron y aplaudieron el trabajo de las y los jóvenes mexiquenses.