Toluca, Estado de México, 7 de noviembre de 2018.
Víctor forma parte del programa destinado a redirigir las masculinidades para establecer relaciones personales más equitativas y alejadas de la violencia que se ofrece en los Centros de Reeducación del Consejo Estatal de la Mujer y Bienestar Social (CEMyBS), donde ha aprendido a darle prioridad al diálogo para solucionar los conflictos que puede llegar a tener con su familia.
“Gracias al proceso terapéutico del Centro de Reeducación veo las cosas de manera diferente y he aprendido a darle solución a los conflictos mediante el diálogo, en lugar de la violencia, y con ello he podido mejorar la convivencia con la madre de mis hijos, mis hijos y en mi trabajo.
“Compartir con otros hombres experiencias similares hizo que me diera cuenta que demostrar afecto entre hombres no está mal”, expresó Víctor N., usuario de este tipo de centro en Toluca, quien agregó que algo que le ayudó en su proceso, fueron las terapias grupales.
La Secretaría de Desarrollo Social, a través del CEMyBS, tiene a su cargo cuatro Centros de Reeducación y a través de terapias individuales y grupales, promueve entre los usuarios que las nuevas masculinidades consisten en replantear los atributos, valores, comportamientos y conductas que caracterizan el deber ser del hombre en sociedad.
Además, los usuarios reconocen situaciones de riesgo y promueven una serie de cambios para redirigir su masculinidad hacia relaciones más equitativas y alejadas de la violencia.
En lo que va del año, los Centros de Reeducación han atendido a 129 hombres, de los cuales 112 asistieron de manera voluntaria y 17 fueron canalizados a través de diversas instancias gubernamentales.
Jacobo Cuéllar Ocampo, facilitador de los talleres grupales, precisó que los usuarios reciben cerca de 20 consultas psicológicas que se pueden complementar con asesoramiento de trabajo social y jurídico.
En los talleres grupales, los usuarios interactúan entre ellos y abordan temas como violencia, paternidad, trabajo doméstico, derechos, sexualidad y autocuidado, con el propósito de que identifiquen situaciones de riesgo, para después enseñarles una serie de cambios relacionados a redefinir su masculinidad.
“Yo tengo mucho que agradecerle a la institución, a los facilitadores, a los terapeutas, porque el proceso me ha ayudado mucho a darme cuenta de mis errores y mejorar mi relación en general con mi entorno”, añadió Víctor N.
“Invitaría a los hombres a que se acerquen a la dependencia, porque en realidad no necesitas estar mal de la cabeza ni mucho menos. Ahí sólo te ayudan a ver que no es necesario ejercer ningún tipo de violencia para tomar las mejores decisiones”, señaló esbozando una sonrisa.