Valle de Bravo, Estado de México, 29 de octubre de 2019.
El arte de hacer reír a través de la capacidad de expresión espontánea, libre de tabúes y prejuicios, como lo es el clown y arte circense, robó sonrisas a niñas, niños, jóvenes y adultos que disfrutaron de diversas presentaciones de este género en el Festival de las Almas.
El público vivió una experiencia apasionante con la presentación de la Banda Triciclus Circus Band, que puso a bailar y cantar a la gente con temas como Matrioshka, Influenza, El Amor, Volar, Lady, Ojos, y muchos más que pertenecen a su nueva producción discográfica Ojos, la cual está dedicada a un amigo que falleció y que van a doc con estas fechas en que se recuerda a los seres queridos que se han ido.
Con esta producción, que cuenta con 16 temas, celebran 10 años de carrera, y es tan emotivo que llega a la gente, pues transmite el sentir y la pasión por la música, tal como se vivió en el Festival de las Almas, espacio abierto a la expresión y al disfrute del arte.
Ataviados de payaso y “ropa de vagabundo”, a decir de Alejandro Preisser, esta banda rompió la barrera con el espectador y se integro al público para bailar, interactuar, hacerlos participar y contagiar los ritmos peculiares con diferentes sonidos de todas las regiones.
Llegada la noche, tocó el turno de Aziz Gual, que puso a pensar al público con su espectáculo de clown tragicómico, donde el protagonista de la historia vuelve a sus orígenes y recupera esa inocencia infantil en donde todo parece desconocido, e implicó una reflexión sobre la esencia humana.
En silencio y con la atención puesta en el “Bestiario del Gesto”, el discípulo de Marcel Marceau, conmovió al público con este viaje que invita al reconocimiento de uno mismo, y asombrarse cosas que se muestran tan cotidianas como el latido del corazón.
Con la reflexión del ser humano, de saber quién es, el también colaborador de la creación del proyecto “Circo del mundo”, del Cirque Du Soleil en México, presentó a un hombre sin recuerdos, no reconoce los gestos ni sus manos, hasta que se ilumina sorpresivamente su conciencia y se da cuenta que está vivo, llevando el mensaje a las y los espectadores de encontrarse y poner atención a su ser, cuidarlo y reconocerse.
Posteriormente, de la mano del Festival de las Almas, las obras ganadoras de la quinta edición del Concurso Estatal de Cortometraje y Guión Cinematográfico OTOPAME, llegaron a Valle de Bravo, para que, de manera gratuita el público vallesano las conozca.
El Auditorio del Museo “Joaquín Arcadio Pagaza” se convirtió en sala de proyección para que el público disfrutara de “El coyote y el fuego”, obra de David Gómez, ganador en la categoría Creación Infantil, género Animación, que recrea el mito del maíz en la cultura otomí.
“K´ani. Entre otomíes, quelites y recuerdos”, es otra de las obras triunfadoras, que aborda las costumbres y tradiciones en torno a la cocina en Temoaya, le valió a Sara Jerónimo Pascual el primer lugar en la categoría Documental.
Por último, la historia de brujas creada por María Romero Domínguez, originaria de San Andrés Cuexcontitlán, Toluca y ganadora en la categoría de Ficción y Acción Viva, impresionó y también asustó a los asistentes.